miércoles, 11 de enero de 2012

Railes de Reflexión - Volumen Especial "Somebody to Love"

Buenos dias a todos, mis lectores

Hoy, y considerando que no habrá post durante los próximos seis dias, he decidido intentar escribir algo más elaborado y de un contenido quizás un poco más profundo. Y... ¿Que mejor tema que tratar que uno que he evitado tratar (no solo en mi vida personal, sino también en este blog) durante años?

Hablemos de amor.

Ultimamente he hablado de ello con más gente de la que esperaba, y sorprendentemente con gente con la que no esperaba hablar de nada ni remotamente parecido, lo cual en algunos casos me sorprende y en otros, me alegra enormemente.

¿Que puedo decir del amor, ese gran y elusivo desconocido para mi? Todo y nada. He de admitir que desde mi posición de observador, he observado romancer nacer, crecer y, tristemente, morir en gente cercana a mi, lo cual me ha dado cierta perspectiva al respecto. Pero al fin y al cabo, no es perspectiva lo que buscamos cuando es el corazón quien habla... ¿No?

Pero hablando de mi... ¿Por qué no resumir mi frustrada vida amorosa? Puede ser una buena manera de poner mis pensamientos en orden, y quizás sacar algo en claro.

Hasta los diez años, y supongo que debido a mi mala salud y mis amistades entre las chicas más que entre los chicos, admito que nunca pensé (no que yo recuerde) el típico "Las niñas son tontas". Recuerdo con una sonrisa melancolica una chiquilla con coletas que llegó a "gustarme", pero vaya... chiquilladas.

De los diez a los trece tuve mi primer cuelgue serio... me cole por una chica -buena amiga, compañera de clase- hasta las trancas y me convertí en el típico gilipollas del cual las chicas se aprovechan. ¿Me ayudas a estudiar? ¿Me explicas esto? ¿Me arreglas aquello? Pasé al menos tres años como un autentico idiota de arriba para abajo hasta que me dí cuenta de que no iba a ninguna parte. Culpa mia en parte, y del hecho de que nunca tuve valor para decirle lo que sentia.

A los trece conocí fortuitamente a otra chica, estos encuentros que dices "Ni en un millón de años lo vi venir", Podria haber sido mi primera relación, ya que poco después confesamos que ambos nos gustabamos. El problema fue la distancia... Valencia y Alicante. Je, ahora me parece un paseo, pero con trece años se ven las cosas de otra forma, supongo.

Desde ahi hasta bien entrados los diecisiete, y considerando mi mala salud y la operación de corazón por enmedio he de admitir que me preocupé más bien poco por las mujeres. Como todo, tuve mis altos y mis bajos, conocí chicas, algunas me gustaron, y una en concreto que me gustó más que las demás acabó con uno de mis mejores amigos en aquel momento. Perra vida.

La verdad que a partir de los diecisiete-dieciocho, mi vida amorosa se resume a simples enamoramientos pasajeros, chicas que me han parecido interesantes y he pensado que, teniendo cosas en común, podría surgir algo duradero.
Ironicamente, en este margen, dos chicas que me interesaron (una de ellas bastante brevemente, todo sea dicho) también acabaron con buenos amigos mios.

¿Tendré algún tipo de aura de Celestino? Resulta francamente frustrante.

Más allla de eso, y sobretodo recientemente, he conocido personas interesantes allende los mares, y he llegado a cartearme con una en concreto, pero han sido todo cosas pasajeras. Un oceano de por medio hace mucho, una franja horaria tan distinta hace incluso más.

Y mira que he dicho muchas veces "Un día de estos me largo a Estados Unidos..." ¿Porque os creeis que es? No hago más que conocer chicas interesantes allí. Recientemente, incluso un chico que admitió estar interesado en mi. Y aqui no me como ni los mocos, cosas tiene la vida.

¿Mi problema, resumido? Falta de confianza. Resulta sencillo tener confianza y ser uno mismo, echarle un poco de picardía y no cortarse desde detrás de un teclado, con alguien a quien no le has visto ni probablemente le veas la cara...

Cuando el trato se vuelve personal, la cosa cambia.

Asi que, y sí, aunque sepa que el año nuevo no es más que un día más (y que estamos a mitad mes ya), ¿Por qué no ponerme ahora una resolución de Año Nuevo?

Si veo que vuelvo a verme en una situación así, no dejaré que mi confianza dinamite mis posibilidades. Bastante me dinamito yo ya con mis paranoias como para andarme con gilipolleces.

Con un poco de suerte, conseguiré cumplirlo. Y si no, tampoco es que el mundo se vaya a acabar este año... ¿Verdad?

Un abrazo, un beso, un saludo, una reverencia, lo que más os guste a cada un@... desde el tren.

Alvaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario