jueves, 2 de febrero de 2012

Railes de Reflexión - Volumen nº 13

Buenos dias una vez más,

Hablemos del dinero. Esa necesidad básica -ya que todo, incluso el resto de necesidades se rigen por el dinero-, ese objeto de deseo y ese portador de catastrofes.

Nunca he entendido la obsesión por el dinero. Ya, jaja, jiji, ahora todos a hacer bromas "Pues dame el tuyo." No, no me refiero a eso. Entiendo que es necesario. Sí, me gustaría tener más, que me tocase la lotería, o tener un trabajo en el cual me pagasen tres veces lo que cobro ahora...

Pero mi pregunta es... ¿Es realmente necesario TANTO?

Siempre me ha chocado esa obsesión por los trabajos muy bien pagados, a pesar de que la mayoria implican horarios estresantes, obligaciones muy fuertes y en general, un nivel de cansancio muy superior a la media.

Por ejemplo con las oposiciones, la gente mira los grados A y B y babea, araña los muebles pensando "Yo quiero una plaza de esas." Y sí, cobrar tres mil euros (en ocasiones más) al mes debe ser una gozada pero... ¿De verdad compensa?

He conocido gente que se ha pasado casi cinco años de reclusión quasitotal, perdiendo toda su vida social, amigos y conocidos, para estudiar para una plaza así. Y una vez la ha conseguido, tienen horaruios de pasarse todas las mañanas, todas las tardes, y algunos dias acabar a las tantas de la noche.

¿Para que?

No se, igual soy yo que, a pesar de todo, me gusta tomarme la vida con un poco más de azucar, pero... ¿No se vive igual de bien con un poco menos, tanto de dinero como de stress? Vale, no vas a vivir con los lujos siberianos de tener esos sueldos pero... y aqui la pregunta que me atormenta...

¿Por qué los humanos lo queremos TODO?

No lo se. Mi futuro ideal no pasa por un trabajo de ese tipo. Yo, personalmente, me conformo con algo un poco más modesto, con un sueldo normalito, decente, y una vida más relajada...

Porque, y aunque ahora no lo veamos, llegará el día en el que miraremos atrás, y sin darnos cuenta, habrán pasado cincuenta años... y habrá gente que ni siquiera habrá visto crecer a sus hijos, todo por un poco más de lujo.

Un saludo y un abrazo a todos,

Alvaro

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