miércoles, 21 de diciembre de 2011

Reflexiones desde un Tren... Volumen Especial "Miel, Arritmias y un Hongo muy Malo"

Buenos días, lectores

Hoy, y tras la "buena" recepción de mi post de ayer (¿Que? Al menos me comentaron...) he pensado que sería un buen día (tan bueno como cualquier otro, en realidad) para relatar la que considero es mi mayor "aventura" hasta la fecha. La anecdota que más que ninguna otra ha forjado mi caracter y me ha llevado a ser como soy hoy en día.

Hablo, como es fácil de suponer, de mi cirugía cardíaca.

De esto hace ya siete años (y dos meses con seis dias, pero redondeemos, tampoco hace falta ponernos quisquillosos) y en aquel entonces yo tenía dieciseis años. Pero... remontemonos un poco más atrás, antes del verano (me operaron en Octubre, remontemonos tres o cuatro meses antes) cuando ese inocente muchacho que yo era, se vió en la consulta del Jefe de Cirugía Cardiaca del Hospital General Universitario de Valencia (el famoso Dr.Montero) y le dieron con la maza en la cara del "Despues del verano, cuando no haga tanto calor, te operamos".

Ahora lo pienso y ... bueno, creo que no supe reaccionar. No quiero decir que tuviese una reaccion desmedida, que lo negase o ninguna tontería asi, me refiero simplemente a que recuerdo aquel verano (incluso considerando que visité Londres y Paris) como un borrón.

Es también notable el hecho de que no tuve miedo. Sabía lo que venia, en cierto modo lo sabia, e incluso la noche antes de la intervención, dormí como un bebe... Posiblemente, no estaba ni siquiera concienciado a lo que entraba...

Pero volvamos al acontecimiento principal. El -si no recuerdo mal- 13 de Octubre de 2004 fui ingresado para el típico pre-operatorio, y ya empecé con irregularidades (hilarantes en este caso). Debido a una falta de camas, a los que teniamos que ser ingresados, nos repartieron entre distintas alas del hospital, y ya post-operatoriamente nos llevaria a cardiología. Asi que alli estaba yo, en el ala de Neurocirugía con cuatro hombres que podrían ser abuelos mios (todos pendientes de cardio también), terminandome un libro (Cronicas de la Dragonlance) y con otro en la mochila, porque al fin y al cabo... "Si todo va bien, en dos semanas estás fuera".

El 15 de Octubre, me levantan temprano tempranisimo (de acuerdo, ahora me reiría de ese madrugón, pero no estaba acostumbrado en aquel entonces) y me toca darme una ducha. Con las calderas en frío, me doy un duchazo frío que me pone los ojos como platos y me altera más que la operacion a la que me estaré sometiendo en un par de horas.

Pasado un rato, vienen a llevarme a quirofano y me dan un diazepam para que me lo ponga debajo de la lengua... como al fin y al cabo si que estaba algo nervioso, y a mi cuando estoy nervioso me da por hablar y hablar y hablar, me dejo más diazepam en los dedos de recogerlo que en la boca...

Y entro al quirofano, blanco inmaculado... como una docena de personas al menos manejando maquinas... me entra un puntito de ansiedad, mientras me conectan un gotero, y recuerdo ir a preguntar algo, cuando oigo "Buenas noches, Alvaro". Y la anestesia me golpea como si me pasase un tren por encima.

Los siguientes... que digo yo... dos dias... son bastante confusos. Recuerdo despertarme en la UCI, contar goteros, más de diez, entre cuello, ambos brazos, piernas... estar intubado para poder respirar, la boca muy seca, pero sin dolor... bendita morfina. Viene un médico, me han quitado el tubo de respirar ¿cuando he empezado a hacerlo por mi mismo? No lo se. Me quitan un drenaje que tenia metido por el torso hasta los pulmones... no me duele, pero la sensación me acompañará toda la vida. Me vuelvo a dormir, sigo teniendo la boca como de papel de lija.

Vuelvo a despertarme... Maldita sea ¿Cuando tiempo llevo dormido? Me han quitado un monton de goteros, y solo me quedan un par, aunque la sensación de sequedad en la boca persiste y no puedo beber, segun me dicen cuando me quejo sin fuerzas.

Estoy seguro que aun tardo un día más en beber algo, sorbos cortitos de agua, pero la recuperación es una maravilla. La morfina me ha mantenido sedado y sin dolor -con bastante incomodidad, cierto, pero sin dolor. Es ahora cuando, frunciendo el ceño, me doy cuenta que algo no va bien... ¿Por qué no puedo mover el pie derecho? ¿Es más, por qué nisiquiera lo siento?

Me reviisan, me tocan y me mueven el pie, brevemente, ya que en la UCI no estoy para eso... y ya se habla de una lesión nerviosa. Yuju.

Finalmente tras dias, me traen comida... Semola y un par de tristes albondigas en salsa. Manjar de dioses... traiganme al cocinero/a que me caso con el/ella. Me quedo con hambre, por supuesto, pero al menos tolero la comida y es buena señal.

Aun me paso otro día en la UCI por falta de camas fuera, pero es un día hasta decente... las enfermeras me dan batidos cuando tengo sed o hambre, y los batidos están de vicio (el hambre hace mucho, también). Me rio hasta que me duele cuando oigo que el del cubiculo de al lado no quiere llevar el medidor de oxigeno (esta pinzita que te ponen en el dedo) y no hace más que saltar la alarma cuando se la quita. No me pregunteis como, pero estando convaleciente y creo que atado a la cama, se la quitó... ¡Del dedo del pie!

Y finalmente salgo de la UCI, encontrandome, aunque débil, bien. Tras un pequeño paseo por habitaciones (ya que el compañero que me iban a poner en la primera parecia que daba sintomas de gripe) acabo en una habitacion de tres camas, al lado de la ventana, a mi juicio el sitio más comodo del pasillo. Menos mal.

Es aqui cuando empiezan a pasar traumatologos, rehabit...¿ologos? médicos del servicio de rehabilitacion en cualquier caso... a revisar mi pie. Me hacen ejercicios y me dan extraños masajes, para cosas que no acabo a comprender. Me hacen cosas para ponerme y que me mantenga el pie en buena postura, para ponerme mientras duermo, para... mil cosas, ninguna comoda en absoluto ni útil de ninguna de las maneras. Pero ahi están.

Yo, a pesar del problema del pie, cojo un andador y tan pronto me lo permiten, empiezo a andar pasillo arriba pasillo abajo... me esfuerzo en mejorarme, al fin y al cabo, la idea era recuperarme pronto y reincorporarme a Bachiller... Pero nada es nunca fácil, no.

A pocos dias de irme, empieza una febricula (unos grados de más) persistentes sin razón ni motivo aparente. Y persisten, y persisten, y analiticas y analiticas y analiticas. Y nadie sabe que narices pasa. Obviamente, con fiebre no me voy a casa despues de una operación de corazón... Asi que analiticas, y analiticas y... ¿Que es esto? Aspergilus, un hongo hospitalario, MUY malo (malo como que si no te lo cogen a tiempo se te come las valvulas cardiacas en cosa de dos o tres semanas).

Se lió parda, gorda y subida en un Panzer. Se reunen TODOS los cardiologos de la planta, se discute mi caso, mi médico me avisa que vuelvo al quirofano... se me cae el mundo encima.

Al día siguiente aparece por alli el servicio de Enfermedades Infecciosas, un doctor pelirrojo simpatiquisimo, que casi parecía tener más miedo que yo del asunto entre manos... Y propone un tratamiento con antifungicos potentisimos y muy novedosos. Los cardiologos están de acuerdo en probar, ya que una segunda intervención de corazón... parece que las probabilidades de éxito tiraban en bajas.

Asi que empiezo a darle al Voriconazol y la Caspofungina como si estuviese de rebajas (a 500 euros el frasquito, segun la caja, y eran cuatro al día, durante dos meses largos). Es una medicación tan potente que la tienen que diluir en suero, y aun asi resulta incluso desagradable al entrar, me deja luego sensación rara en el cuerpo, pero si me salva la vida creo que puedo soportar unos picorcillos y una sensación de asquete.

Pero... ¿queda ahi la cosa? ¡LOL NO! Porque yo lo valgo y si me pongo, compro el pack completo edición deluxe especial con todos los extras y comentarios del director y de su madre en bata.

En pleno tratamiento por el hongo, me pongo arritmico perdido, encontrandome fatal, y toca que me enchufen OTRO gotero distinto, con una medicación standard para todo esto, el Trangorex. A la segunda toma, me lleno de ronchas... ¡Que resulta que soy alergico al Trangorex! Tocate los huevos Flanagan. ¿Como arreglamos la arritmia pues? Paso dos, a lo drastico, una cardioversión.

Una cardioversión consiste en, básicamente, lo de las peliculas, te enchufan con las palas en el pecho, te dan una descarga, y eso hace que tu corazón coja el ritmo que toca. Me sedan, me cardioversionan, me dejan el pecho como si me acabasen de tirar una pizza recien sacada del horno... no funciona. ¡Tocate los huevos otra vez! Probamos con otra medicación, ya por probar, porque ya... Arreglado. Momento estupido de... ¿Será hija de puta la arritmia, no se va con las palas y te vas con unas pastillas de mierda?

¡Pero no se vayan, que aun hay más...!

Aunque admito que la linea cronológica se vuelve algo difusa, o bien antes o bien despues de mi cardioversión, llevando ya un més en el hospital (si no recuerdo mal) y durante un día en el que mi madre y yo nos sentiamos particularmente trolls y nos dedicabamos a sentarnos en el pasillo y saludar con la mejor de nuestras sonrisas y agitando efusivamente la mano a cualquiera que pasase vestido de verde (vamos, en uniforme de quirofano), uno de tantos médicos que seguian mi caso se llevó a mi madre aparte y le dijo que me tenian que hacer una Ecografía Transesofágica. Su explicación es que me vió tan feliz que no quiso decirmelo directamente a mi.

Y direis... ¿tan mala es ese tipo de ecografía? Sí y no. Seguramente todos sepais lo que es una endoscopia, la tipica, la que te meten un tubito de cosa de 1 cm de diametro por la boca hasta el estomago. Si os han hecho alguna (como a mi) sabreis que es ... incomodo, el reflejo de arcadas se te dispara, te lloran los ojos y hasta que consigues normalizar la respiración es una putada y un coñazo.

Ahora figuraos como se me quedó la cara cuando vi que el tubo que tenía que entrar por mi boca hasta la mitad del pecho tenia al menos tres dedos de ancho, negro y lubricado. No negaré que me dió -por un momento- la risa estupida, pensando el la tipica frase de internet "He visto suficiente Hentai para saber donde va a parar esto...". Pero bueno, me ponen un taco de plastico para que no muerda el tubo... y tubo para dentro... y para dentro... y para dentro.

Claro, me preguntaron si queria sedación, pero con toda la mierda de farmacos que llevaba dentro, me dio por hacerme el heroe. Craso error. Y tubo padentro, y padentro, y medicos -MUCHOS JODIDOS MEDICOS- mirando la pantalla, a ver si se veia al Aspergilus por algun sitio. Quince minutos, veinte minutos, "Ya estamos acabando, Alvaro", entra otro médico y detrás suyo como una docena de internos de estos con cara de "¿Que hago yo aqui?"... No me lo dicen, pero noto que han vuelto ha empezar con la prueba para que los internos puedan ver todo el proceso... media hora, cuarenta minutos, me encuentro fatal, pero por fin se acaba. En que mal momento no pedí sedación.

Error que no cometí cuando semana y pico más tarde dijeron "Hay que hacerte otra". Lo cual es otra anecdota de por si. Me dan una pastillita, me dicen relajate... y salgo de la prueba. Eso recuerdo. Tengo una laguna de al menos media hora en la cual pudo pasar cualquier cosa, porque realmente no recuerdo absolutamente nada de aquella segunda prueba. Y me pasé toda la mañana descojonandome por cualquier cosa. Mira, una paloma en la ventana... ¡JAJAJAJAJA! El celador que me devolvió a mi habitacion flipaba en colores conmigo.

Asi que, por fin y dos meses despues, me mandan a casa, en hospitalizacion domiciliaria, a seguir con mis goteros de 500 euros el frasco, y más o menos, para Navidades de 2004 por fin me quitan la vía y soy libre, con un capazo de pastillas y a condición de que si pasa algo, si me noto raro, si me duele cualquier cosa, directo a urgencias.

Pero contar todo esto asi es tan... frio, tan carente de calor humano... asi que me gustaría recordar a todas aquellas personas que hicieron de mis dos meses de hospital una experiencia para recordar y ahora sonreir, reir, y preguntarme ¿que habrá sido de ellos?

Rudolph, aquel anciano de Sudafrica, con su sixtuple bypass, y su hija Anita, que no hablaba español más que "Zumo de Naranja", nunca olvidaré como se le iluminó la cara cuando le enseñe a pedir "Zumo de Piña". Ayude mucho a aquella familia con labores de traducción para las enfermeras, pero he de admitir que a mi también me ayudó mucho a la hora de practicar y soltarme en mi inglés hablado.

Felix, aquel cincuenton con su enorme e increible bigote, y su mala leche, que solo queria mejorarse e irse a casa, que tenía más voluntad por ponerse de pie una vez mejorado que todos los demás de la planta juntos. Que comentarios más acidos y más cabrones, y como nos reiamos todos con él. Espero que su marcapasos lo mantenga bien y con su humor en alto.

Dionisio, alias "Fruspasio" (porque no habia manera de acordarse del nombre, siempre nos equivocabamos), aquel hombre sin vergüenza ninguna, que le faltaban tres dedos de una mano, que se comía hasta las piedras porque "¡Que poca hambre habeis pasado, en la guerra si que pasamos hambre!", y que se daba crema antiinflamatoria (no me puedo acordar ahora la marca) por -lo menos- todo el cuerpo, gastando un tubo cada dos días. Nunca olvidaré aquella noche que por no levantarse estiró el brazo para coger su botella de agua, calculó mal y su colchón volcó... no se hizo nada, pero el estruendo fue suficiente para que tuviesemos que morder las mantas para no descojonarnnos. Y por supuesto, su enorme tarro de miel, de al menos cinco kilos, del cual -a pesar de ser diabético- se zampaba dos o tres cucharadas al día, aun a sabiendas de que siempre lo pillaban porque dejaba todo el suelo pringado.

Pero no podría acabar esto sin recordar a todas las enfermeros/ as de la planta de cirugía cardiaca. Demasiados nombres y caras para nombrarlos a todos, pero siempre me ayudaron y me animaron, y ser "el pequeñin de la planta", que un día me trajesen croissants, que otro día me dijesen "¡Claro, usa el ordenador del mostrador de las enfermeras!"... todo cosas asi... me mantuvieron con el animo alto a pesar de pasar en aquella habitación dos meses.

Soy consciente de que hay otras pequeñas anecdotas de mi estancia en el hospital de las cuales me olvido, o que omito, pero no puedo contarlo todo, fueron dos meses que, aunque aburridos, fueron intensos en experiencias, que forjaron mi caracter y mi manera de ver la vida de una forma que soy consciente que de otra forma nunca habría sucedido.

Y dentro de lo malo, me alegro de que asi fuese.

Si habeis leido hasta aqui, os admiro... porque menuda muerte de post... Nunca pensé que escribiría nada tan largo.

De nuevo, si lo habeis leido todo, gracias. Y mañana... más.

Un abrazo a todos, desde el tren (y desde la Comisaría, donde he acabado el post, ya que lo he tenido que escribir en dos sentadas, que hay más de una hora de escritura ahi volcada).

Alvaro

2 comentarios:

  1. Mira Al, otro post con buena recepción! Y mira que es largo cabrón!! Jejeje.

    Pues sí, yo soy uno de tus asiduos lectores... Llevo un par de días con la cosa de "¿comento? ¿no comento?". Y al final me he animado.

    Me alegro muchísimo de que hayas vuelto a las andadas (literal y metafóricamente), de verdad. Es una putada todo lo que has pasado estos dos últimos años con el pie, y encima siendo culpa de unos médicos incompetentes (hace poco fui a Urgencias del General casi muriéndome y vi lo grande que es nuestra Sanidad...).

    ¿Sabes? No he dejado de pasar por aquí periodicamente. No a diario, pero sí de cuando en cuando. Con lo cual quiero decir que he estado "espiándote" (aunque ya ves tú, toda la información que puedo sacar es "no hay post nuevo" XD) para ver qué tal te iba todo.

    Sé perfectamente cómo están las cosas, o mejor dicho "cómo estaban"... pero, si te parece bien, me gustaría que quedásemos un día a tomar algo y hablar. Ciertamente, han pasado muchas cosas estos años... ¿qué me dices?

    Un abrazo no homosexual,

    Pott.


    PD. No se trata de un "ya quedaremos" de estos que se dicen por compromiso eh, que si me dices que sí igual te respondo "pues el sábado si quieres..." xDDDDDDDDDD

    PD2. De la misma manera que, en un correo de hace mucho, te dije que me ibas a tener para lo que necesitases... y aquí estoy, sin faltar a la cita de tus reflexiones y tus bocadillos de mortadela ;)

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  2. ¡Ché collons! ¡Mira quien es!

    Agregame a quartenyo@gmail.com o mandame un email o algo, y charramos.

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