Reflexiones desde un Tren... Vol. XLIX

Buenos días a todos, una semana más, desde el media distancia camino Xàtiva...

Primero de todo, me gustaría dar las gracias a mi amigo Lvcyf3r por aclararme el tema de los numeros romanos. He procedido a arreglar los posts anteriores, y ahora estan bien numerados.

Y tras esto, vamos con el tema de hoy.

Se acerca la Navidad. Es un hecho. Por mucho que la crisis esté retrasando los anuncios y las luces, lentamente se van instalando en nuestras calles y televisores. Es inevitable.

Nunca me he considerado una persona... navideña. Hay algo en todo ese espiritu navideño que me evade. Una celebración nmenotécnica de astronomía, convertida en un rito religioso, que con el paso del tiempo se ha vuelto una voragine consumista, cubierta por excusas de paz, amor y buenos propositos. ¿Puede haber celebración más hipócrita?

Con esto no pretendo decir que no considere que los... digamos "ideales" que van intrinsecos a la navidad sean algo malo. Ni mucho menos. Lo que digo es que me parece de chiste, me parece un insulto a la moral y la ética como llegamos a Navidad y todo el mundo es buena persona. Como hay que perdonar, hay que hermanarse, hay que mejorar como personas.

La televisión se llena de anuncios de ONG, porque hay millones de cerdos que necesitan limpiar la conciencia que han ido manchando todo el año de alguna manera, y ¿Que mejor manera que echar cuatro malos euros en el regazo de un niño pobre?

Llegará enero, desapareceran los anuncios, se apagaran las luces y, mientras aqui en los paises afortunados nos quejamos de la cuesta de enero, y volvemos a nuestra hipocrita existencia anual, ese niño se considerará afortunado si vive para ver llegar cuatro euros más.

Buenos días,

Al