He vuelto.
Buenos días a todos, y bienvenidos un día más a mis sicalipticas (quizás no tanto) reflexiones desde el tren.
Si sobre algo he reflexionado esta semana de vacaciones ha sido sobre mi desmesurado pragmatismo. Una "cualidad" que creo acabará granjeandome muchos... muchos problemas.
Pero... sencillamente, no puedo evitarlo. No puedo evitar tener los pies en el suelo, y apuntar los errores obvios o los problemas que me parezca resalten más ilogicos en cualquier plan o situación.
Me cuesta ponerme en las tipicas situaciones de "Te imaginas que..." si no es algo factible. Y si algun plan (por mucho cariño o ganas que se le esté poniendo) tiene algun error obvio, no puedo evitar señalarlo. Siempre con buena intención, claro, pero...
Al final, uno acaba sintiendose un destructor de esperanzas.
¿Hago mal?
Un saludo a todos,
Al
Edit: Vaya... hemos llegado a las tres X, solo vistas en alcohol barato o porno duro...
lunes, 14 de septiembre de 2009
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